miércoles, 24 de agosto de 2011

LOS PASOS A CIEGAS DE MARIA (hechos de la vida real)



María, ve y no ve. 
María es una muchacha de 50 años, porque su aire juvenil, su cabello morocho y largo,que cae en cascada sobre unos hombros que saben caminar con elegancia y coquetería, la hacen ver muy joven, tan joven como cuando a los 18 años le diagnosticaron, retinitis pigmentaria.

Sus hermosos ojos de azul luminoso y mirada cristalina, solo le permiten ver a través de dos tubitos muy angostos, porque su campo visual se redujo notablemente. Todavía ve. Paradógicamente después de una intervención que le practicaron, ve doble.
A los 20 años, comenzó su aprendizaje en el mundo de los ciegos.  

Aprendió a vivir sin ver, a caminar con su bastón blanco plegable, aunque siguió viendo lo que podía ver.
En el pueblo donde creció, la gente un poco ignorante y otro poco presa de esa maldad y envidiosa de esa belleza y ese ángel de que era dueña María, no comprendía como caminaba con un bastón de ciego y luego comentaba lo que veía y por ese motivo muchas
veces fue víctima de destrato, inclusive de automovilistas que le pasaban cerca haciendoles "finitos" pensando que se trataba de una manera de llamar la atención y requerir mayor sobreprotección.
La dificultad de ver era cada vez mayor. Su enfermedad muy compleja también afectó sus oídos. Su aislamiento pudo sumirla en un encierro mental
del que pocas personas podrían salir. Pero no, María, siguió adelante con su paso firme aunque inseguro, porque veía hacia adelante, pero no hacia abajo.

Estudió sicología, Siguió escribiendo como aprendió en la escuela, aunque dominaba perfectamente el sistema braille, tanto para escribir como para leer. Contó con su amiga, madre de esas que te protegen desde la adolescencia hasta la vejez, y que crecen junto contigo. Con un marcador  y una letra gigante, su amiga le pasaba los libros donde se describían patologías como la histeria, la paranoia,  la esquizofrenia y muchas más que no viene al caso detallar.
Creo que al final, las dos amigas debieron obtener el título en común...

María sigue adelante, que es hacia donde siempre se debe seguir, pero a veces recuerda cuando en una blanca pared de su pueblo con pintura negra
escribió:  ¿NO VEN QUE ESTOY CIEGA?

7 comentarios:

Manuel dijo...

Una actitud positiva ante la adversidad es la mejor vacuna para el futuro.
Si el personaje es real, mi admiración
Si es ficticio, mi enhorabuena a tí por ponernos en situación tan habilmente
Un beso

San dijo...

Mirar hacia adelante, nunca hacia abajo ni hacia atrás, Superación y gran fuerza la de María.
Ejemplo para todos.
Un abrazo.

El Gaucho Santillán dijo...

Cuando uno ve estos casos, y otros aùn peores, se da cuenta de lo poco que tiene para quejarse.

Un abrazo.

MARU dijo...

Se perdió....bueno, pues insisto.
¿Cómo los que veían, no supieron ver, que la que se resistía desesperadamente a ser ciega, no veía?
¡Un grito del alma!
Así nos pasa muchas veces en la vida. Nos resistimos desesperadamente a que nos ayuden, aunque por dentro nos estemos muriendo.
Pero ¿sabes? Mirar no es lo mismo que ver. Sí. seguramente será eso.
Un besito, princesa de los mares del sur.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

La crueldad de la gente suele lastimar más que el dolor de una enfermedad o una carencia. Es la incomprensión lo que mata y aísla.
Bien por María y su espíritu de superación!
Abrazos.

Un par de neuronas... dijo...

La incapacidad de muchas personas no tiene que ver con lo físico sino con lo mental. Es la sociedad la que ha discriminado tanto que le va a costar mucho volver a aceptar lo que desechó. ¿Cruel me llamáis? No, realista.

Besito y abrazo de ocho brazos.

Un par de neuronas... dijo...

Uy, me ha salido una palabrota en "verificar palabra"!!!!!

No te la diré, ña, ña, ña, ña, ñá!
Jajajajajaa!