jueves, 5 de mayo de 2011

A PROPOSITO DE LOS JUEVES UN RELATO



JOAQUIN, MI OTRO HIJO, ESCRIBIO EN SU BLOG CON UN SOBRADO TONO IRONICO  Y MUCHO IMPETU JUVENIL,  ALGO SOBRE LA COMIDA TIEMPO ATRÁS, Y ME DIVIERTE COMPARTIRLO CON LOS JUEVEROS Y DEMAS AMIGOS DE LA CASA.

MUCHAS GRACIAS Y MUCHOS CARIÑOS DE MI PARTE.

¿POR QUE COMEMOS?


Los otros días estaba en una reunión por el recibimiento de otro de mis hermanos, y comí como hacía tiempo que no comía. Fui con muchísimo hambre, no porque lo haya calculado así sino porque el día se había dado de forma de que la última comida antes de esa reunión había sido 9 horas antes. Mientras comía, dado que no podía hablar ya que mi papá y mi mamá intentaron educarme correctamente, me puse a pensar un tema que según se me dice planteó una de mis maestras en la escuela hace ya mucho, mucho tiempo. Según tengo entendido esta buen mujer le preguntó a la clase, no llego a entender muy bien que pretendía, un día que se festejaba el cumple de uno de mis compañeritos (todos nos encontrábamos degustando algún sándwich) “¿alguien sabe por qué comemos en las fiestas?”
Orgullosos mis padres me dijeron, cuando ya tenía edad para saberlo, que el único niño que contestó a esa pregunta fui yo. Quizá fui el único porque la maestra no supo cómo manejar la información que le brindé y supongo que cambió rápidamente de tema. Es probable que esta haya sido la última vez que hablé en alguna clase y ahora que lo pienso quizá el trauma que me provocó esta situación hizo que siempre le tuviera miedo a las intervenciones en clase (también existe la posibilidad de que nunca más supe la respuesta para las preguntas que se me hacían). Siendo yo alguien muy hábil a la hora de hablar pero así mismo muy sencillo y humilde, mi respuesta fue simplemente “comemos en las fiestas para no tener que hablar”.
Quizá se están riendo de la respuesta que un niño de 9 o 10 años le encontró a esa pregunta pero... ¿no hay algo de verdad ahí? Dado que en aquel momento aún no conocía el cinismo, incluso fue de corazón la respuesta…y eso que las fiestas que vivía yo de chico eran realmente hermosas según las recuerdo (quizá porque siempre había muchísima comida y poca necesidad de hablar).
Si lo pensamos seriamente (espero no les cueste tanto como a mi esta hazaña), en nuestra sociedad ¿qué tipo de reuniones carecen de comida? ¿Cuándo fue la última vez que tuvieron una reunión y no habían quilos de comida? Porque como dijo una vez Ellen Degeneres, ¿cuál es la necesidad de comer tanto si mañana vamos a volver a comer lo mismo? Yo he tenido varios en los últimos años y les puedo decir que en este país, el único tipo de reunión que se me ocurre que existe y que no hay quilos y quilos de comida son los velorios.

Preferiría no entrar a explicar por qué creo que en los velorios no hay comida, cuando la angustia oral quizá es grande…pero justamente en los velorios se habla y se habla…raro que no se despierte el fiambre.
Hago un gran paréntesis aquí…para los que tengan alguna desgracia en el futuro y tengan que visitar Martinelli, hagan el bien de ir al bar del gallego a la vuelta de la casa velatoria y no a la cantina que hay dentro, ya que la gente de la cantina son unos desubicados y no tienen respeto por las personas que están ahí. Perdonen el paréntesis pero tenía que realizar esta denuncia.
Fiestas de quince, casamientos, bautismos, comuniones, cumpleaños, reuniones con amigos, reuniones con colegas, encuentros generacionales, encuentros de estudiantes (aunque en estos últimos puede no haber comida debido al exceso de drogas), etc…en todas hay mucha comida. Las fiestas grandes ya cuentan con platos y platos. Incluso hay programas de TV donde la gente se sienta a una mesa a comer, o programas donde nos muestran como cocinan algo mientras otras cosas suceden. Pareciera que pasamos muchísimo hambre, pareciera que en nuestra casa nadie cocina o incluso nadie tiene un teléfono para llamar al loco de la motito.
Yo sé que soy un tipo raro, pero a mí me rompe las pelotas que haya que comer tanto. Quizá porque por lo general los platos que se sirven ni me gustan…pero ¿han estado en alguna fiesta moviéndose sin control al son de Elvis Crespo y de pronto cambian de tema a One de U2, prenden las luces y empiezan a servir la comida como si fuéramos un animalito de granja?
Son innumerables las veces que estando con amigos pasándola muy bien suena la pregunta “¿qué comemos?” o “¿qué pedimos hoy?” o alguna otra versión de lo mismo. Lo loco e interesante es que la bola que se le da a esa pregunta es inversamente proporcional a lo interesante que es la charla o actividad que se está desarrollando. Me arriesgo a escribir (no es un gran riesgo, lo confieso) que he asistido a muchas reuniones donde en última instancia no se come porque por la hora ya no hay loquitos en motos o directamente porque esa pregunta nunca fue contestada.
Entonces, ¿por qué comemos? Comemos porque queremos tener algo que hacer, lo utilizamos quizá como Fail-Safe, salvaguarda. Hace un tiempo escuché, debido a que otro de mis hermanos (en este caso el biológico) se casaba, que el éxito de una fiesta dependía directamente de la comida, de la bebida y de la música (o esto recuerdo al menos).

Con la bebida y la música no me meteré ya que en esa fiesta me baile todo y me tomé todo…pero no recuerdo haber comido. Fue la mejor fiesta a la que he asistido y puedo afirmar que fue por algo más que la comida algo mucho menos tangible, existió una energía en esa fiesta que no siempre se da (en otras fiestas he comido mucho).
Entonces, lo acepto, pongamos toneladas de comidas en nuestras fiestas como seguridad para que la misma sea exitosa, pero intentemos que la misma no tenga mayor importancia. Intentemos que el centro de la fiesta, reunión, o lo que sea, sea la gente, la conversación, lo intangible…y si creemos que esto último va a faltar, entonces no hagamos esa fiesta, no asistamos, no nos molestemos, porque… ¿para qué forzarnos a algo que nos engorda?
Creo que después de tanta pelotudez lo único que puedo preguntar es ¿por qué no queremos que los velorios sean un éxito? ¿No estaría bueno que los velorios empiecen a contar con alcohol en grandes cantidades, mucha comida y hasta música? ¿Por qué queremos que el recuerdo de ese evento sea negativo? En última instancia estamos despidiendo a un ser querido…digo…no se…pienso.

Halcón


16 comentarios:

Manuel dijo...

aún la respuesta a la pregunta, por cierto, curiosa pregunta que si nos la hacemos lo mismo no sabemos una respuesta lógica. ¿Porque comemos en las fiestas? habrá que plantearsela un uscar una salida.
Un beso

Manuel dijo...

pues ha salido la mitad del comentario. Lo primero decía que muy buena la respuesta y razonamiento de tu "otro hijo"

casss dijo...

Gracias Manuel por el/los comentarios, acusé recibo y agregué nombre de "mi otro hijo" jajaja.
besotes

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jejejej mis felicitaciones a tu hijo por lo ocurrente y divertido del texto!jajaja ...yo creo que es cierto, a veces la comida es excusa para tener algo que hacer en el festejo, pero otras, por suerte hace de soporte e inicio de conversaciones realmente interesantes.

Un abrazo Cass!

yonky dijo...

Interesantisimos puntos de vista a los cuales me afilio ahora que lo leo estampado.Anteriormente habia algo que no me cerraba con respecto a èsto.

Mandale saludo al guri y que no se inhiba de seguir desasnandonos con esa mordacidad.

Te saluda el ahijao

Sparrow dijo...

Felicitaciones Cass por tu "otro hijo". Debo decir que sería bueno que el pobre no lea este post...porque no se si ser llamado el "otro" sea algo bueno. Digo...la palabra siempre conlleva una carga un tanto negativa...las novelas nos han enseñado esto. Nuevamente felicitaciones Cass por haber engendrado un ser tan maravilloso, un ser que se nota aporta tanto a tu vida (hasta textos!).

Saludos,
Gavilán

Juan Carlos Celorio dijo...

Que bueno, vaya ironía que maneja.
Coincido en que una buena fiesta no se recuerda por su comida, sino por otras razones.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El retraido se apoyaría en la visión del plato y el que no lo es tambjén porque comer da nucho placer y relaja, impulsa.
Morirse no da para muchas alegrías. A mí me da incluso tomarme algún refresco, una cerveza a la salida de los velatorios. o.
Por lo demás, ingerir mucho o moderarse es una opción tan solo a fin de cuentas.

¿Una fiesta sin bebida o de picasr no sería nunca lo mismo de animada, no te parece?

Además, por qué no solo un velatorio.... por qué no en una conferencia, en una clase... ¡haber podido darse un trago!
Un saludo.

San dijo...

Pues es verdad Halcón, uno no se para a pensar en estas cosas, pero ahora al verlas aquí pues como que te dices, !Jo! es cierto siempre hay comida en todos los actos, tal vez sea para hablar menos como señalas jajaja. Lo del velorio dicen por aquí que despues de un entierro hay que ir a tomar un buen vino, igual es por suavizar el tema de no celebrar con comida.
Espero que vuelvas por aquí.
BEsistos.

Mariela Torres dijo...

Felicitaciones a tu hijo. Me gustó mucho el texto, nunca me lo había preguntado ¿por qué comemos en las fiestas? Tampoco me lo había respondido.

¿Será para hacer algo y no tener que hablar? No sé, más bien creo que es un placer con el que los organizadores de la fiesta agasajan a los invitados.

Eso sí, comer mucho no parece ningún placer.

Besos.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Como yo lo entiendo, la comida es un manera de relacionarse, y es por eso que en las fiestas y otras reuniones, está de moda.
Un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Es agudo el Halcón, eso de comer para tener la boca ocupada, sobretodo en fiestas, es acertado. Así no aparece aquello de "voló un ángel" en medio de un silencio que se corta y nos corta.
Sin embargo el comer es asunto cultural, comiendo, bebiendo se anima el cotarro, se suelta la lengua, jejeje, en encuentros blogueros por ejemplo ¿nooo?
Entre plato y plato la cosa se va animando. Somos gente de comer, insisto, culturalmente, sean tapas sean comilonas, comemos y charlamos por los codos.

No se entiende en Francia, en Portugal, en Italia, Grecia, España, una reunión sin comida de por medio, así somos y disfrutamos que comer es un placer y en el beber aparece Bacus.
Los romanos y griegos antiguos celebraban banquetes en honor al difunto/a, "celebraban" su memoria, su partida, brindando y comiendo, asi era, aunque participaran plañideras de oficio, se banqueteaba.
Reflexión interesante, Cass amiga, sobre el yantar que nos brinda Halcón, tu "otro hijo", muy bien puestas letras, le felicito. Besitos a ambos !salve!

Mamaceci dijo...

Buena la reflexión de Halcón! La verdad es que da que pensar. Yo siempre asumí como una cuestión cultural lo de los velorios, sobre todo viendo en la tele que en los velorios de otros paises se come y bebe como en cualquier reunión. Y siempre se me ocurre a la viuda demasiada ocupada en el souffle o en que cada uno tenga su cafe caliente. Me parece demasiado.
En cualquier caso, interesante!
Besos

Anónimo dijo...

señor cuervo, de haber sabido que escribirías en esta reunión, le digo a mi pc que no se me hubiera muerto. claro, que si en su muerte yo he comido, y he comido de lo lindo...mejor que...vamos, que prefiero haber comido yo todo..
en fin, cuervo, que , y es una verdad, tu frase esa que dice que comemos para no hablar, en cierta manera es verídica. bien es verdad que a mí me encanta hablar al calor de una comida...no hago comidas con gente para comer, sino parea charlar al son de un buen chguletón, dejando de lado si ese chuletón me engordará o no.
de vez en cuando suelo charlar por este medio mientras como. es lo que tiene el hecho de hablar con hispanoamérica desde zamora, que cuando allí comen, yo tengo un hambre terrible y ello significa que es mi hora de la merienda.y en esos de vez en cuando, alguien me suele decir que no hable mientrras como o que es de mala educación charlar y comer. pero no suelo hacer caso y sigo comiendo y hablando.
en los velatorios...antaño y en mi pueblo, se solía comer en ellos. incluso a mí ya me tocó hacer comidas para los que estaban velando, que no para el muerto, que ya sería la hostia que uno tuviera que dar de comer en un velatorio al muerto.
saludos, señor cuervo.

casss dijo...

En nombre y representación, estando investida de tal, por ser la madre de mi otro hijo, agradezco la lectura y comentario a este texto, extenso, irónico y para mi muy sabroso. Gracias por pasarse y tenerlo en cuenta en la lectura de este jueves, que por cierto ha sido muy nutritivo!!!

besos a todos, buen comer, buen beber y buen vivir al fin!

Medea dijo...

Jajaja, irónico Halcón, me encanta tu reflexión, siempre lo he pensado porque en los entierros, velatorios o como quieras que sea, no despedimos al ser querido en una fiesta, yo quisiera que se me recordara con alegría, que se contaran anécdotas, chistes, se comiera, bebiera y se pusiera la música que me gusta, pero parece que cuesta transformar el luto o duelo. No soy de comer mucho en las fiestas o reuniones de amigos ¿por qué? porque mis papás también me enseñaron que no se hablaba con comida en la boca y como yo no me callo ni bajo el agua pues...mejor como poco y así no infrinjo las normas de buena educación jeje. Vengo tarde pero vengo, un beso.