sábado, 24 de septiembre de 2011

DE PASO POR LOS JUEVES UN RELATO




                            ME LLAMAN CALLE

Los veo salir de sus cuevas, con esas caras de locos desaforados, corriendo tras un ómnibus al trabajo.

Los veo saltar, un dos, un dos, con esos deportivos de colores eléctricos. 


Los veo salir dormidos y desanimados como si todos los días fueran lunes. 


Por hábito maldicen  de coche a coche. 


Los niños piden limosna y sus padres les piden lo que recogen, a costa de una paliza si no es en metálico.


Los jóvenes vomitan canciones que son puro grito y adrenalina, mientras manosean en el asiento de atrás a su muchacha de turno o fuman un faso, para alejarse del mundanal ruido. Juegan picadas a medianoche, y no me dejan descansar de tanto ajetreo.

¿Por qué se quejan de que la calle es una locura y los cuerdos que todavía quedan por aquí, quieran irse al campo?

Yo hago lo posible por ser amigable, pero esta jungla humana hace de mi asfalto el mismo infierno.

8 comentarios:

Manuel dijo...

Deberíamos hacerle mas caso a nuestras calles, ¿verdad?, fijarnos más en lo nos estan pidiendo.
Un beso

MARU dijo...

Querida calle.
Tienés razón en todo lo que cuentas. Soy una de esas personas que pueblan los espacios que se llaman así, calle.
Y nos quejamos de cómo eres. ¡Qué incongruencia!!! Todos los que vivimos, trabajamos, viajamos, paseamos, somos los que conformamos el ambiente, el aire, los modos y formas .
Seguramente porque todo lo que somos y hacemos es un boomeran.
¡Qué ironía!
Tenemos la calle que nos merecemos y la maldecimos...
Así somos...
Besitos, querida amiga. Genial, como siempre.

Rochies dijo...

Cass, veo que con su honorable mercurio necesitó elegir dos calles. Y yo no puedo hablar demasiado del momento que a veces le escribo desde la otredad de mi laberinto ;)
¿Ud cree que desde cualquier balcón se produciría el hechizo?
Allá su dueña complotó para que todo fuese especial y quedase atesorado. Ve, el nombre de esa calle tampoco la recuerdo.
Me gustó que la calle pudiese expresarse por sí misma.

Natàlia Tàrraco dijo...

La versión noctámbula de la calle y el asfalto. Coches con gentes a sus vidas, ruido, fogonazos de faros, motos gruñientes, motocicletas chillonas, jóvenes literalmente gritando o vomitando la litrona, y la locura que impera y la cordura indignada, el descanso asaltado, desde el balcón mirando.
Vencerás a la jungla humana, a base de palabras que son conjuros.
En esa jungla descubres también una sonrisa, dos o tres, es posible.
Cas, besitos cercanos a pesar de los mares.

San dijo...

Calle de noche, calle de sonidos descompasados, de secretos, alucinaciones, de miedos y tinieblas aunque a pesar de todo atrayentes calles.
Otra forma de ver las calles de neón.
Bello Cass.

Un par de neuronas... dijo...

Menos mal que a esas horas ya estoy en la cama y no veo "neones" por estos andurriales. Los tractores ya no circulan y ni los perros se oyen... Aquí no tnemos de eso, pero TENEMOS DE OTRAS COSAS!!!

Besito.

Susurros de Tinta dijo...

Aisssssssssssss, ¡me encanta!, que hablen las calles, si señor, que nos juzguen, que nos cuenten, que nos digan que ya mucho decimos de ellas sin dejar que se defiendan!!!, fantástico tu relato, miles de besosssssssssss

Juan Carlos Celorio dijo...

Es cierto, le decía a Gastón, si mal no recuerdo, que las calles no tienen culpa,´son meros escenarios. Ésta protesta en el mismo sentido, la hacen escenario de vidas egoistas, hedonistas, individualistas.
Tu relato se debería poner en alguna fachada, como mensaje de la calle al transeunte.
Estupendo, abrazo fuerte.